Birth coaching

VBAC

Vaginal birth after cesarean

Te lo cuento desde mi experiencia personal.

¿Qué es el VBAC?

La palabra VBAC era para mi desconocida. Mi primer hijo nació por cesárea a las 38 semanas de gestación en el 2014, debido a que estaba sentado. Tenía mi plan de nacimiento ya armado pero, no solo no lo usé, si no que no participé en ninguna decisión sobre el parto. 

No estaba informada, ni me encargué de informarme ya que atribuía todo el saber al médico obstetra. Y me di cuenta que  no solo el médico tiene el saber, también está bueno que una esté informada, ya que conocemos mejor que nadie nuestro cuerpo. Y eso, nos da la capacidad (y además es nuestro derecho) de participar activamente en la toma de decisiones de nuestros partos.

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Con mi primer parto fui observadora neutral, como si ese parto fuese de otra persona. Sin moverme, pero no me importaba: yo solo lo miraba a él, enamorada, me había convertido en mamá!!! Felicidad indescriptible como bien sabrán…

Cuando por fin me dijeron que podía levantarme tuvieron que venir dos enfermeras para ayudarme, no podía si quiera moverme del dolor. Literalmente me habían abierto al medio y cocido muchas, muchas capas.

Cuando me enteré en el 2017 que estaba embarazada sabía que quería evitar la cesárea y empecé a investigar. Resultó que aparecieron las siglas VBAC (Vaginal birth after c-section) y mientras más leía, más me llenaba de esperanza y, no les voy a negar, de miedo también!

Elegí un obstetra que me habían recomendado y todo fue bien hasta que más adentrado el embarazo empecé a hablar con él la posibilidad de un VBAC. No me dijo que no, pero tampoco me dio un SÍ certero. Seguí esperando y en la semana 36, cuando fui al control, me dijo que mi bebita era muy chiquita, que no me recomendaba un parto vaginal y que lo mejor era sacarla cuanto antes porque había crecido muy poco desde la última consulta. 

Esperamos una semana más y en la semana 37 me dijo que la bebe estaba bien pero que era muy chiquita y era muy riesgoso un VBAC por mi cesárea previa, que mejor no poner en riesgo mi vida ni la de mi hija. Con ese último comentario no pensé más nada, de ninguna manera quería poner en peligro a mi hija ni a mi, confié en su criterio y además, para serles sincera, morí de miedo (y eso que había leído sobre vbac exitosos).

Así que tuve una segunda cesárea programada. Hasta ahora nunca, jamás, había sentido ni una contracción. Le pedí al obstetra que respete mi plan de nacimiento, yo quería que apenas Elena naciera me la pongan encima para hacer ̈”piel con piel”,  pero me dijeron de nuevo que no se podía porque había que chequearla antes. No podía creer que de nuevo estaba acostada, inmóvil, contemplando cómo pasaba todo a mi alrededor sin poder decir ni hacer nada.

Tengo que aclarar que de esta segunda cesárea me recuperé super rápido (me preparé bastante físicamente y mentalmente para estar bien luego del parto). Pero siempre en mi corazón quedaron esas ganas de haberlo intentado vaginalmente. En el fondo algo me decía que podía intentarlo.

En el 2019 quedé embarazada de nuevo y me dije “¡la tercera es la vencida!”

Así que repensé que podría haber hecho distinto antes y me dí cuenta de muchas cosas, entre ellas, que el obstetra que había elegido no estaba listo para un vbac, asique empecé a buscar (donde vivía solo dos hacen VBACS y solo uno se animó a un VBA2C) un obstetra que fuera realmente pro-natural.

Nunca voy a olvidar a mi medico Dr Lai Fon Min. Durante la primera consulta le dije que no quería esperar a la semana 30 para hablar de VBAC y que yo quería lograr un parto vaginal. Me dijo que él podía ayudarme y que si todo se iba dando, que él entendía que sí, lo lograría!!




Lo hablé con la familia, con amigos… Me decían que estaba loca, que para qué lo hacía. “Después de dos cesáreas siempre es cesárea”,  pensaba para mis adentros con todo lo que me decían… ¿ y si tienen razón? ¿estaré loca?.

Lo hablé con mi marido y, si bien al principio no estaba convencido, le fui dando material para que leyéramos juntos y vino a las consultas con Dr Lai. Los dos terminamos dándonos cuenta de que para nuestra familia un parto vaginal era algo no solo posible sino muy bueno!!

Tuve un embarazo bárbaro, llegue a la semana 40 y 5 días y…

La hago corta. Después de dos días de trabajo de parto nació Sofía por parto vaginal y natural (sin medicamentos) a las 10.30 am. Sentí el dolor de las contracciones, una por una, ni hablar la fase de expulsión, sufrí mucho pero sabiendo que al final del camino me encontraba con mi hija. Estuve activa en todo momento, siempre monitoreada pero nunca dejé de moverme, hasta elegí la posición para parir. Y lo más mágico de todo es que luego del parto, a los 15 minutos estaba caminando, yendo al baño, comí una super hamburguesa (las que tuvimos cesáreas sabemos que durante 5 días tenemos que comer casi liquido) y me fui a mi casa al día siguiente (porque quise quedarme a dormir y que me atendieran las enfermeras, si no me iba el mismo día!). Llegue a casa, pude agacharme, alzar a mis otros hijos, bañar a mi hija, hacer la cama… Cosas tan naturales, chiquitas y simples pero que cuando tenés cesárea no las podes hacer.

Mi recuperación fue demasiado buena: fue un antes y un después en mi vida y en la vida de toda la familia.

No todas las personas quieren o pueden lograr un VBAC y esto no es algo malo o sinónimo de fracaso. Lo más importante es escucharte, informarte, prepararte y tomar la mejor decisión con los elementos que tenés hoy, sanar el pasado y mirar con esperanza el futuro.

La forma de parir no te determina ni te hace mas o menos madre; al final del camino lo que realmente importa es encontrarte con tu hijo, como sea. Pero si hay opciones naturales y las podes tomar ¿por qué no?

Escribime que puedo acompañarte en este proceso de toma de decisión en relación a tu parto.

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